Lo que surgió como una propuesta de campaña terminó por concretarse el 28 de octubre por la noche, cuando representantes del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que tomarían protesta hasta un mes después, anunciaron que el resultado de la consulta popular convocada por ellos era un no tajante al Aeropuerto en Texcoco.
Ciudad de México, 31 de diciembre (SinEmbargo).- De la obra que se anunció en septiembre de 2014 y que sería la principal del sexenio del priista Enrique Peña Nieto, quedó como recuerdo la obra negra. En 2018, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue cancelado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que basó su decisión en el resultado de una consulta popular organizada por su equipo.
Aunque podría considerarse que 2018 fue el año en el que el NAIM no fue, en realidad la obra acumuló en sus cuatro años de estar activa, diversos señalamientos, críticas y observaciones: que las licitaciones, el impacto ambiental, el sobrecosto, el atraso en obras, su viabilidad.
Peña Nieto y su equipo optaron por el silencio. No hubo respuesta a la cancelación y sólo se observó una breve campaña del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) en la que difundió varios videos con testimonios de los empleos que acarrearía la decisión.
Sin más, se pasó a negociar con los contratistas que no mostraron molestia tras el anuncio, pero lo harían poco después. Luego, el Gobierno de México y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) anunciaron los planes de inversión para el actual aeropuerto, el de Toluca y la construcción de las pistas en la Base Aérea de Santa Lucía, Estado de México.
Pero en Texcoco, además de obras a medias, quedaron dudas.
Justo en el día en que Andrés Manuel López Obrador anunció el fin de la construcción del NAIM en Texcoco, estaban en activo 129 mil 082 millones 510 mil 963 pesos de 24 contratos en los que estaban inmiscuidos 44 empresas nacionales y extranjeras.
La mayoría de esos contratos que tienen una fecha de conclusión en diciembre de 2018, en 2019 o hasta 2021, son de obra pública; el resto es de bienes y servicios y otros relacionados con la obra, de acuerdo con los contratos disponibles en el portal del GACM.
LAS LICITACIONES Y LOS INVERSIONISTAS
El GACM tiene disponibles los 321 contratos que se celebraron para la construcción del Aeropuerto para hacerlo la obra pública más transparente. Al hacer una revisión detallada de cada uno de esos contratos, se puede corroborar que por 321 contratos se han pagado 137 mil 232 millones 459 mil 135 pesos. Sin embargo, en el apartado sobre Indicadores en Materia de Contrataciones Abiertas, el GACM plantea que sólo el 0.4 por ciento de las licitaciones para la construcción del NAIM se hizo por la vía de la Adjudicación Directa, cuando el porcentaje real es de 47 por ciento.
De la revisión hecha por SinEmbargo, salió que las empresas de Carlos Slim Helú, Carlos Hank Rhon, Hipólito Gerard Rivero, Rolando Cantú Barragán, Olegario Vázquez Aldir, Bernardo Quintana Isaac y constructoras como Iuyet –que participa en la construcción del Tren México-Toluca– y Aldesem, Epccor y Aldesa –encargadas de construir el Paso Exprés de Cuernavaca–, concentraron el 77 por ciento del presupuesto que se ha pagado hasta el momento para la obra.
Con base en los datos abiertos, de los 321 contratos este grupo de empresas obtuvieron sólo 16. El monto de esos contratos asciende a 106 mil 890 millones 791 mil 874 pesos, y esto representa el 77 por ciento del monto total.
En cuanto a la forma en que se otorgaron los contratos, de 321, 151 se han entregado por Adjudicación Directa, 59 por Invitación A Tres Personas, 44 por Licitación Pública Nacional, 15 por Licitación Pública Internacional y 11 por Licitación Pública por Adhesión. Dos más han sido contrataciones con Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) más 39 Convenios.
Eso fue en general, luego vinieron casos individuales de irregularidades. Por ejemplo, el contrato para el desarrollo arquitectónico y de ingeniería del NAIM, que estuvo en manos de los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero, elevó su precio original 46.18 por ciento.
En sólo un año, el consorcio conformado por esos dos arquitectos, firmó con el GACM dos convenios modificatorios en los que se acordó un primer aumento en marzo de 2016, por 434 millones 297 mil 453 pesos, y el segundo, en marzo de 2017, por 441 millones 995 mil 921 pesos. El precio inicial del proyecto se firmó por mil 841 millones 753 mil 116 pesos, luego costó 2 mil 692 millones 364 mil 463 pesos.
SinEmbargo publicó que la ex Contralora en el Gobierno del Presidente Carlos Salinas de Gortari (1 de diciembre de 1988 al 30 de noviembre de 1994”, María Elena Vázquez Nava, también está en la lista de contratistas del NAIm. Desde 2013, recibió tres contratos por un monto total de 119 millones 835 mil pesos. Por ninguno de los tres tuvo que concursar, ya que dos de ellos se le entregaron por Invitación a Tres personas y uno más fue por Adjudicación Directa.
También estuvo el caso de Coconal. Los habitantes del pueblo de San Francisco Tlaltica en el Estado de México denunciaron las consecuencias de la extracción de piedra en su territorio. La empresa trabaja a un ritmo permanente para poder cumplir con su parte en la construcción del NAIM fue Coconal es una de las principales empresas que participan en la construcción de la principal obra de infraestructura de la administración de Enrique Peña Nieto.
Tan solo de sus actividades del NAIM, con tres contratos se hizo de 9 mil 961 millones 243 mil 303 pesos para hacer la conexión a desnivel de la autopista Peñón-Texcoco con la carretera libre Texcoco-Ecatepec; el sistema de precarga e instrumentación geotécnica, infraestructura, estructura de pavimentos y obra civil de ayudas visuales y para la navegación de la Pista 2 y los trabajos relativos a la nivelación y limpieza del terreno del NAIM.
En conclusión, de septiembre de 2017 a mayo de 2018, el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) celebró 135 contratos por un monto de 22 mil 563 millones 896 mil 969 pesos a pesar de la insistencia de Andrés Manuel López Obrador, puntero en las encuestas presidenciales, de cancelar la obra.
Durante todo el pasado proceso electoral, que comenzó en septiembre de 2017 y concluyó el 8 de agosto de 2018 con la entrega de la constancia de mayoría al Presidente electo, AMLO lideró por mucho todas las encuestas nacionales y también las que realizaron medios y empresas internacionales.
Luego de la cancelación, tras una reunión con empresarios del NAIM, López Obrador dijo que se finiquitarán contratos y que los empresarios dijeron estar dispuestos a trabajar con su Gobierno.
“La reunión estuvo muy bien, estuvieron todos los empresarios, los que tienen que ver con el 92 por ciento de las obras del NAIM en Texcoco. Están en la mejor disposición de llegar a un acuerdo. Fue una reunión muy provechosa, se llegó a un acuerdo general […] Se portaron muy bien, de manera muy comprensiva, responsable”, comentó.
Insistió en que se comenzarían a revisar las alternativas para que el volumen de obras que tienen contratado en Texcoco se haga en Santa Lucía y que la reunión se hizo “en los mejores términos”.
EL SOBRECOSTO
De acuerdo con los datos del GACM, a mediados de 2018 se pagaron en contratos 137 mil 232 millones 459 mil 135 pesos, la mayoría gastados en el rubro de Obra Pública. Pero esa cantidad de dinero incluyó pagos a medios de comunicación, estacionamientos en la Feria del Caballo de Texcoco, talleres e incluso vestuario.
Este tipo de gastos ascienden a 148 millones 038 mil 208 pesos en 27 contratos, según los datos abiertos del portal del GACM más 85 contratos por 22 millones 619 mil 710 pesos pagados en publicidad reportados únicamente a la Secretaría de la Función Pública (SFP). En total serían 172 millones 332 mil 882 pesos.
Una de las críticas que se le ha hecho a este proyecto es su costo y la ambición de obra cuando en el país ante un crecimiento económico que no superó el 2 por ciento en este último sexenio. La respuesta de los funcionarios a ese argumento es que un nuevo aeropuerto es necesario y que su funcionamiento reactivará la economía.
A pesar de eso, el GACM decidió gastar en esos cuatro años de proceso de construcción en publicidad y en encuestas de percepción que no están publicadas en el portal.
De acuerdo con las cifras que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el GACM han actualizado, el valor total del NAICM quedó en los 186 mil millones de pesos, frente a los 169 mil millones de pesos que era su valor inicial; es decir, el costo creció 10 por ciento más, lo que significa 17 mil millones de pesos extras.
El monto de los contratos disponibles en el portal del GACM asciende a 137 mil 232 millones 459 mil 135 pesos.
Y hay este tipo de compras de publicidad (115 millones 334 mil 245 pesos), talleres y consultorías (37 millones 216 mil 171 pesos), encuesta (11 millones 190 mil pesos), estacionamientos (3 millones 289 mil 378 pesos) y vestuario (5 millones 303 mil 088 pesos).
De acuerdo con la información que el GACM entregó al próximo Secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, el NAIM elevó su precio original 77.5 por ciento, pero sólo hacen falta 88 mil millones de pesos.
Desde un inicio, la SCT explicó que el financiamiento de la obra se haría bajo un esquema mixto: público y privado. De los 169 mil millones de pesos, 98 mil millones serían financiados por los “Recursos fiscales multianuales” y 71 mil millones provendrían de “Créditos Bancarios” y “Emisiones de Bonos”.
De acuerdo con el Monto Estimado de Inversión y el Plan Financiero del GACM, el proyecto fue redimensionado en su capacidad y por la demanda prevista que no se contempló en el Pre Plan Maestro elaborado en 2014 por Norman Foster, que se realizó con un tipo de cambio de 12.7 pesos por dólar, un precio de barril de petróleo ubicado en 81 pesos –en 2018 pasó a 46 dólares– y sin retroalimentación de aerolíneas, agencias de gobierno y “otros grupos de interés”.
En el Plan Maestro de 2018, ya se contemplan todas esas condiciones y ubica un precio de 285 mil millones de pesos, con recursos comprometidos por 197 mil millones de pesos fondeados por el Presupuesto de Egresos de la Federación, la Fibra E, la línea de Crédito de Banobras y la Deuda TUA. Eso es el 70 por ciento de los recursos fondeados.
LAS AFECTACIONES AMBIENTALES
Las localidades más afectadas fueron las del Estado de México, en específico las más cercanas al terreno donde se construía el NAIM. El municipio de Otumba tiene una tierra con suelo rocoso y arcilloso en la que hay armadillos, cacomixtle, coyotes, liebres, mapaches, tlacuaches y reptiles y en la que crecen álamos, pinos y fresnos.
Las actividades de la mina de la que se extraen las piedras del Aeropuerto significó un cambio rotundo en la rutina de este pueblo.
El camino a Tlaltica, si bien está adornado de nopal, lo acompañan también las pirámides de Teotihuacán por un extremo y por el otro camiones y maquinaria arriba de los cerros; algunos ya “pelones” por la extracción de tezontle con la maquinaria de Coconal.
La comunidad de Belém está ubicada en el municipio de Otumba Estado de México, a 29.8 kilómetros de distancia del terreno del NAIM. De entre todos los pueblos de la zona, que ya son un territorio de minas, Belém había logrado detener la extracción de basalto del cerro de Texcatitla. En enero, el pueblo se dio cuenta de las tareas de limpieza del lugar y días después se les notificó que ahí habría una mina que llevaría piedras para la construcción del NAIM.
Organizados de manera inmediata en asambleas, los pobladores coincidieron en que no permitirían la actividad extractiva. Obligaron, “con Ley en mano” a sus autoridades a respaldar esa decisión y en apariencia lo habían logrado.
Sin embargo, Jesús Alfaro Rojas, Presidente Municipal de Otumba, firmó los permisos para que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), usara 990 kilos de explosivos por un periodo de 10 años con posibilidad de ampliar otros 10.
¿Con qué fin? Para que la empresa Obra Civil, Movimiento de Tierras y Transportaciones México S.A. de C.V., pueda cumplir con sus objetivos con el NAIM.
En donde hay cañadas, las autoridades vieron un río de aguas negras. En el hábitat de una especie de ajolote que está en peligro de extinción, vieron el lugar perfecto para dar permisos a la instauración de minas. Esa es la realidad del municipio de Tepetlaoxtoc, uno de tantos en el Estado de México al que desde hace dos años llegaron explosivos y maquinaria pesada a extraer basalto y arena que es usado para la edificación del NAIM.
Y si se sigue el camino, la cifra aumenta, pues se tienen contabilizadas alrededor de 60 minas, de las cuales 24 están en zona de uso de suelo forestal y seis son clandestinas. Y las autorizaciones no paran.
Al igual que en San Francisco Tlaltica, las explosiones y el traslado de material han modificado la vida de los pobladores, pero en el caso de Tepetlaoxtoc, las consecuencias ambientales son las que más preocupación generan, aunque las actividades mineras cuentan con el cobijo autoridades ambientales tanto estatales como federales.
Desde uno de los puntos del pueblo San Agustín Actipan, pueden verse por lo menos tres minas o lugares que antes fueron cerros. Es por lo menos un camino desde el que se observan cerros de tres localidades en la misma situación. Y más adelante hay otros dos y más adelante otros tantos.
Desde hace más de dos años, los cerros de por lo menos 10 localidades del Estado de México, cercanas al terreno de lo que pretende ser el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), se convirtieron en minas que surten de piedras a la principal obra de infraestructura de Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con documentos oficiales, el GACM dijo que sólo necesitaba 16 puntos extractivos. Quedaron 180 en total.
SEÑALAMIENTOS DE LA ASF
En 2017, la Auditoría Superior de la Federación instó al GACM a que explicara qué hizo con y dónde están un total de 990 millones 336 mil 502 pesos.
Esa cantidad, de acuerdo con siete auditorías que se desprenden de la Cuenta Pública 2016, está conformada por dinero que el GACM pagó por tierras de las que no hay pruebas que ya tiene, por servicios que ya tenían contemplado un presupuesto, por ampliación de costos no sin justificación, para supervisión de obras que no se estaban ejecutando y por pagos que realizó y que eran responsabilidad de las empresas.
A dos años de iniciada la construcción, los avances sólo se registraron en las obras preliminares y cimentación del suelo.
La ASF revisó 36 mil 998 millones 087 mil pesos de Servicios Personales, Materiales y Suministros, Servicios Generales y Transferencias, Asignaciones, Subsidios y Otras Ayudas.
En 2015, el presupuesto original autorizado al GACM fue de 5 mil 702 millones 850 mil pesos. Se detectaron 215 adecuaciones [38 externas y 177 internas] que derivaron en un aumento neto de 31 mil 295 millones 237 mil pesos, el cual se ejerció en su totalidad.
En 2018, realizó otras 19 observaciones al Grupo Aeroportuario que alcanzaron a ocasionar un posible daño al erario público por 311 millones 358 mil 092 pesos en la construcción del NAIM.
Ese dinero se fue en partidas que se pagaron aunque ya habían sido canceladas, anticipos, pagos excedentes, por diferencias entre lo pagado y lo entregado, por el pago de finiquitos sin recepción final de servicios, pagos sin contratos firmados, por pagar trabajos que no correspondieron a lo acordado y por retraso en las obras.
La ASF revisó seis puntos de la construcción del NAIM y donde se encontró la mayor duda en el ejercicio de dinero fue en los trabajos de “limpieza, nivelación e instrumentación geotécnica de la Pista 6 y pavimentos para la conservación de caminos provisionales primarios y secundarios y bordos de canales, drenes y de lagunas de regulación”.
El daño más alto al erario se calculó en 86 millones 828 mil 024 pesos por concepto de sobrecostos en la limpieza y deshierbe del terreno, en la extracción, carga y acarreo fuera del polígono y en la colocación de la primera capa de tezontle. Según la ASF, el Grupo Aeroportuario no se cercioró de que los costos propuestos por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) estuvieran dentro de los valores de mercado, ya que en trabajos similares del mismo proyecto se encontraron costos menores que los ofertados.
Luego están los trabajos relativos a los pilotes para la Torre de Control, Edificio Terminal y el Centro de Transporte Terrestre Intermodal. La ASF informó de un posible daño por 74 millones 496 mil 426 pesos por pagos basados en fechas de ejecución que no se concretaron y desataron más fallas.
LAS CONSECUENCIAS
Luego de la cancelación, la calificadora Moody’s citó a conferencia de prensa. Ahí informó que era normal que al inicio los gobiernos tuvieran un periodo de aprendizaje, pero que la administración de López Obrador arrancó con el NAIM como el factor que más desconfianza generó en los mercados por la manera en que se hizo y por las consecuencias que tuvo.
“Los mercados financieros vieron que aumentó el ruido político y generó bastante incertidumbre y eso mueve los indicadores financieros de corto plazo. La gran pregunta es cuánto van a tolerar los mercados y si eso afectará los fundamentos económicos. Habrá que esperar, porque es un giro poco ortodoxo al que no están acostumbrados los inversionistas. Veremos si el gobierno toma lecciones de este tema de la cancelación del Aeropuerto y el costo fiscal y todos los factores en los que ha terminado este tema”, comentó en conferencia Jaime Reusche, analista soberano de la calificadora.
Y sobre la pregunta de cómo restablecer esa confianza y si la venta de los bonos del Aeropuerto funcionará, agregó: “El daño ya está hecho y ha generado costos reales”.
Agregó que recuperar la confianza no será fácil pero se puede avanzar con dar señales de que no se darán giros bruscos en la política económica y fiscal.